Lluvia y mentiras
Día frío y lluvioso. Mañana llega mi amiga de un viaje que duró 3 meses, la extraño mucho pero he aprendido que los días esperados siempre llegan.
Este fin de semana escribí en algún lugar que no quería recibir noticias que me hicieran temblar simplemente porque no tenía humor para procesarlas. Me establecí en la trinchera emocional de mi cama, con una dosis de películas, sin maquillaje y pijama bien puesta mientras afuera el mundo se destrozaba. Y por más que me escondía entre las cobijas las noticias llegaron y lograron removieron piedras de recuerdos que parecían inmóviles o que más bien, preferí clasificar como inmóviles.
Este fin de semana escribí en algún lugar que no quería recibir noticias que me hicieran temblar simplemente porque no tenía humor para procesarlas. Me establecí en la trinchera emocional de mi cama, con una dosis de películas, sin maquillaje y pijama bien puesta mientras afuera el mundo se destrozaba. Y por más que me escondía entre las cobijas las noticias llegaron y lograron removieron piedras de recuerdos que parecían inmóviles o que más bien, preferí clasificar como inmóviles.
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La columna de mi padre para el periódico de hoy dice más o menos así: "algunos especialistas definen a la mentira como uno de los defectos más grandes de la vida humana, porque destruye la convivencia quebrando la credibilidad, e incluso se considera que existen mentiras normales y mentiras patológicas. La primera de ellas es ocasional y aporta beneficios al sujeto que engaña; en tanto, la segunda no tiene propósito, se miente por mentir incluso en situaciones que van a ser descubiertas. Hay otros tipos de mentiras como la política y la de espionaje en tiempos de guerra. Incluso hay quienes creen que en política es necesario mentir, cuestión que es falsa, porque se puede hacer una política de la verdad. La mentira no es algo genético, sino personal y en gran medida cultural. Es inducida por el sistema actual. La educación que entregan los colegios es mera información y no formación. Nuestra cultura vive preocupada del éxito, la apariencia, el logro material y no de los valores éticos. Se miente para tener éxito. Le damos un enorme valor al estatus, sacrificando muchas veces la verdad para dar una buena imagen. Toda cultura que pone el acento en el parecer y no el ser, es una cultura que estimula la falsedad.A los niños se los educa como si el otro fuera un enemigo al cual vencer. Nuestra cultura postmoderna esta llevando al extremo la polarización de la sociedad...", después seguía hablando de la situación política del Estado, pero yo me quedo con lo primero.
Todo esto me hizo unir experiencias que dejó el río del sábado y domingo para darme cuenta que tengo mucho miedo de entrar a una situación en la que yo no tenga el control. ¿Por qué? pues porque las últimas veces que entré al juego de alguien más, salí muy lastimada. Y ahora que ha pasado el tiempo y estoy atando cabos, puedo responderme que todo pasó porque el "juego de alguien" no estaba siendo jugado con reglas limpias, estaba lleno de mentiras, suposiciones y apariencias. Es por eso que en las más recientes fechas yo he tomado la iniciativa frente al otro, yo he avanzado como quiero... desafortunadamente porque ya no confío en la buena voluntad de los demás pero tampoco puedo permanecer en mi trinchera para siempre.
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