Desvaríos
Ayer estaba en el trabajo cuando comenzó a diluviar. Yo no había amanecido de buen ánimo, por lo que la tormenta de la tarde me pareció coherente con mi dañado estado mental.
Después, el día quedó gris, frío, húmedo... delicioso.
Justamente en ese momento yo buscaba en la web algunos textos sobre Borges. Hipertextos de más y algunos links me llevaron hasta este poema de Ángeles Mastretta, que me quedó como un guante a la medida y que, por cierto, lleva el mismo nombre que éste post.
Voilà!
***
Entre nosotros crece la ropa en las mañanasse atraviesan mil veces los oficios
nos mueven los deberes
el futuro
las cosas.
Por si no fuera mucho alguien pone la medida
para que no te vayas
-dicen-
es necesario el regateo.
Pero tus manos son mi tiempo
y no quiero jugar a detener la boca y los abrazos.
Te irás más tarde
-dicen-
si encuentro la mesura
pero deseo tu cuerpo y este día
este preciso cielo
la película de hoy
la cama próxima
tu sudor y tu piel ahora en la tarde.
No voy a retener mis frases ni mi aliento
no me quiero tragar ni un poco de silencio
ni uno solo de los consentimientos.
¿Por qué la luz a medias?
¿Para que no te vayas cuando te irás?
Nunca se mete el sol antes de tiempo
y se pone lo mismo en los días nublados.
Yo quiero tu cobija hasta que quieras
te doy mientras
mis ansias, mis costumbres,
mis ruidos, mi placer, mi desmesura,
así no sentiré cuando te marches.
A.M.