Accidente
Temí... no el gran amor.
Fui inmunizada a tiempo y para siempre con un beso anacrónico
y la entrega ficticia
—capaz de simular hasta el rechazo— y por el juramento, que no es más retórico porque no es más solemne.
No, no temí la pira que me consumiría sino el cerillo mal prendido y esta ampolla que entorpece la mano con que escribo.
ROSARIO CASTELLANOS
Pues sí, un nuevo accidente ha ocurrido en mi vida y no puedo negar que ahora me siento más vulnerable que nunca.
Creo que anoche fue un momento muy triste... ver amanecer con lágrimas en los ojos no es precisamente algo bonito.
El punto es que (para todos aquellos que conocen mis tristes historias del cuore) no puedo creer que me pase lo mismo una y otra vez. Un amigo psicólogo me dijo que tal vez ya era algo patológico y que tenía que buscar ayuda en alguna terapia.
Por ahora no tengo ganas de nada. Lo único que puedo hacer es sumergirme en mi trabajo (en verdad agradezco que hoy, domingo, sea el día más pesado de la semana, irónico pero cierto, así es el mundo del periodismo).
Foto: "Nocturno" de Giovanna Checchi / México